En un retiro
para papas y padrinos sobre el sacramento de la eucaristía, el
predicador termino su predicación citando: “hermanos, celebremos la
mejor misa de nuestra vida”. La gente estaba motivada y respondieron
en coro: “siii”. Todo se preparó con gran cuidado, altar,
ornamentos, el sacerdote llega puntual e investido, da inicio la
celebración eucarística. EL sacerdote inicia con preciosas palabras:
“sean bienvenidos a la casa del Señor” y comenzó la santa
eucaristía.
Predicadores,
organizadores, y más del 50% participaban con gran entusiasmo y uno
de los padrinos se acercó al predicador y le dijo: ¿por qué no
siento como se ve que celebran ustedes?, el predicador le dijo
sonriendo: le dejo 10 recetas para celebrar una excelente eucaristía
y las vamos a describir por sí usted es un hermano que se aburre y
se cansa en misa o no le haya sentido, recuerde que es para católico
común, no un devoto católico que ya arde de amor por la celebración:
Receta 1:
Predisponga su corazón para ir a celebrar la mejor fiesta de la
semana, alégrese del banquete en que va a participar.
Durante toda la
semana usted predispone su mente y todo su ser a las actividades más
cotidianas, bueno, así debería de ser, cuando no se hace hay un bajo
rendimiento, la falta de eficacia y la rutina fatigosa son signos de
esa falta de predisposición; levantarse temprano, bañarse,
arreglarse, llevar a los hijos al colegio, trabajar, comer, jugar un
poco de futbol rápido, cenar, dormir etc. es lo de cada semana.
¿Dónde está la misa?
La misa nunca
está en su mente, no se dispone a ir a la fiesta de la eucaristía,
es la menos importante de sus días y la mayor parte la tiene como
fastidio, temor de que Dios le castigue si no va a misa; como es la
menos importante usted puede faltar cuando se le pegue la gana y con
descaro hace que otros también se priven de la fiesta, pero sí le
invitan a una fiesta de XV años, boda, bautismo, confirmaciones,
graduaciones, cumpleaños, “es el primero que está ahí, aunque le
digan gorrón”, usted quiere distraerse, bailar un poco, comer,
quitarse el stress.
Si no trabaja no
hay dinero, sí llega tarde al partido no es titular en el partido,
sí recoge a los niños tarde, tarde o temprano va a tener una llamada
de atención, sí no le satisfice la fiesta se enfada y habla pestes
porque en la fiesta del compañero de trabajo le tocó la mesa junto
al baño.
Su corazón, su
mente no se ha predispuesto a tener un encuentro de amor con Dios,
¡eso es la eucaristía!, “un encuentro de amor”, celebrar el gran
banquete del Señor. Qué le parece sí usted se predispone para
asistir a la mejor misa. Le aseguramos que su actitud va a ser otra,
un corazón predispuesto ve de otra forma la misa, el momento va a
ser menos difícil, haga el intento, predisponga su mente, su
corazón, todo su ser para que el fin de semana pase el mejor momento
en la santa misa, porque eso es una santa misa y muchas cargas van a
desaparecer. Contemple la misa dentro de sus actividades para
empezar, luego este alegre de que ha sido invitado a la mayor
fiesta. Todo será diferente. Conocer lo que celebramos va a ser de
gran beneficio en la fe, predisponga su corazón para celebra la
santa misa: Pro 9:10 El comienzo de la sabiduría es el temor de
Yahvé, conocer al Santo es inteligencia.
Receta 2:
Prepárese para la fiesta.
Aunque no tenga
ropa de vestir, póngase algo acorde y decente para el banquete, una
cosa es la pobreza y otra lo sucio o lo descuidado; modere su
vestir, vista adecuadamente: pantalón, camisa, playera sport, blusa,
falda, vestido, zapatitos, tenis etc.; no permita que su hija y
esposa sea carne de lujuria, sabemos que no es celoso en compartir
la carne de sus seres queridos, pero hacen caer a otros en algo más
lamentable: “el pecado”; no vaya usted en short, ni su esposa, ni
hijos, ¿le gusta enseñar sus piernas flacas, peludas, sudosas,
prietas, arquedas? hágalo en el parque, en la cancha, en la
deportiva o en su casa, no en la casa del Señor; la misa no es una
pasarela, y no se escandalice cuando algún padrecito no deje entrar
a su esposa o hija por no ir adecuadamente vestida, mejor llámele la
atención a su esposa porque donde brinca la cabra grande , brinca la
chica, ¡va a una fiesta!, vista cómodo y usted se sentirá relajado,
a gusto, feliz: Pro 11:16 Mujer agraciada adquiere respeto y los
diligentes adquieren riqueza.
Receta 3. Sea
puntual.
Muchos católicos
son especialistas en robar la mayor cantidad de minutos a la hora de
misa, siempre llegan corriendo, a medias, nunca ofrecen el santo
sacrificio, porque también es un “santo sacrificio”, un acto de amor
es la misa.
Sí llega tarde
al trabajo, va a perder el incentivo, si llega tarde al partido de
futbol, jugará menos tiempo y será banca, sí llega tarde a la
escuela tendrá un retardo o falta según la benevolencia del
amaestro, sí llega tarde a una cita de negocios seguro que perderá
la transacción y molestará a quién usted citó, si su esposo llega
tarde a casa, seguro que no le ira nada bien con usted; observe todo
es puntualidad, ¿por qué a usted le molesta le llegue tarde su
ayudante?, ¿qué su hijo se pase de la hora acordada?, ¿qué su esposa
no tenga listo el alimento a su hora?, entonces… ¿por qué le roba
tiempo a Dios?, ¿cree que Dios no se fija en esto o usted piensa que
Dios le ama tanto que le perdona su irresponsabilidad premeditada y
decimos premeditada ´porque usted lo hace intencionalmente, le roba
minutos a Dios, ¡puede llegar puntual!, no se excuse.
Haga el intento
de salir media hora antes a la celebración no en la última
campanada, sí está muy lejos salga una hora antes. Llegar puntual
tiene mucho beneficio, encontrar el lugar ideal, no estar todo
sudoroso, ofrecer con cariño la celebración, estar en paz, observar
lo bello del templo, saludar a algún amigo e incluso con la
oportunidad de una confesión, no causará alboroto a su llegada, ni
mucho menos enfado. Empiece a ser puntual y verá cómo cambia todo
con unos minutos antes. Pro 16:1 El hombre tiene proyectos, Yahvé,
la última palabra.
Receta 4. Pase
lo más dentro que pueda del templo.
A muchos
católicos les encanta estar a la entrada del templo, en la puerta o
sí se puede incluso un poco fuera del templo, ¡comete un gran
error!, usted será blanco de mayor porcentaje de distracción,
batallará por no escuchar con nitidez lo que el sacerdote dice, no
se concentrará, cometerá más cantidad de pecados, captará mayor
cantidad de ruido, su celebración será pésima y por consiguiente
usted nuca sentirá verdaderamente el ardor de la celebración. Pase
más adentro del templo, no tenga miedo, oirá mejor, estará sentado,
sus ojos se posarán menos en cosas vanas, va a ser testigo de que
otros celebran en grande el santo banquete. Murmurará menos al salir
de misa y se sentirá mejor, solo por estar más dentro del templo,
¡lo que se gana por unos metros más adentro del templo!, ¿verdad?
Pro 17:17 El amigo ama en toda ocasión, pero el hermano nace para
las adversidades.
Receta 5.
Participe en la santa misa.
Gran cantidad de
católicos parecen momias, simples maniquíes, estatuas que se mueven,
solo hacen acto de presencia, no participan, no hay responsorio, no
hay esa intelectualidad natural de la misa, no hay voces, no hay
canto, su cara es dura, indiferente, flojera, ¿le ha tocado ese tipo
de gente alguna vez?, seguramente sí, claro que para participar
necesitan saber lo básico de la celebración, ¡vaya que somos
joyitas!; rompa la monotonía, atrévase a participar, levante su voz
aunque tenga voz golpeada, voz suave, voz demasiada aguda o roca no
importa: “participe”, lea un ritual de la misa y vaya observando y
aprendiendo que sigue en cada parte del bello rito, porque también
“es un bello rito”, cante con el coro que le servirá de mucho, entre
más participe usted se sentirá mejor, será ejemplo para otros, su
cara será angelical, no se va aburrir, el fastidio no llegará a
usted. Participe y su celebración será diferente y muy dinámica.
(Pro 31:8) Habla por el que no puede hablar y defiende la causa de
los desvalidos.
Receta 6.Escuche
con atención las lecturas el salmo, el evangelio.
Es una de las
partes más importantes: “Escuchar la palabra de Dios”, puede ser su
conversión o respuesta a su vida, Dios nos habla a través de la
proclamación de la palabra y nos enseña. No se distraiga, no se
relaje, agudice el oído, alerta su corazón, la lucha aquí empieza;
es el momento en que puede caer en el sueño, la lucha de permanecer
despierto, siente pesados sus parpados, puede no entender, pensar
otras cosas. ¿Alguna vez ha analizado por qué son las discusiones
con su cónyuge?, por falta de atención, no sabe escuchar, por no
saber escuchar se rompe el diálogo, así sucede con la palabra de
Dios, aquí Dios es ignorado, se rompe toda la armonía, comunicación
y creemos que se restablece cuando el sacerdote cita en la asamblea,
“porque es una asamblea de Dios”, Creo en Dios Padre….. Si usted
analiza que siempre se duerme en la misa, intente escuchar su misa
en el horario de las 9.00 am y vera otro resultado, quizá en este
horario ande bien cargado de pilas y en el de las 6.00 pm ya anda
bajo, grabe las citas bíblicas van a ser de mucha ayuda. Respete al
sacerdote y agradezca al final a Dios que le haya hablado, sus
palabras le van hacer mucho bien durante la semana. Pro 22:17-18
Presta atención y escucha las palabras de los sabios, dispón tu
corazón a mi experiencia; te gustará guardarlas en tus entrañas, y
ponerlas juntas en tus labios.
Receta 7. De con
cariño su ofrenda.
¿Usted es el
clásico católico que está haciendo cuentas de cuánto dinero recibirá
el templo?´, ¡no sea infame!, “de primero”. Las aportaciones de las
ofrendas sirven para una gran cantidad de actividades que uno no se
imagina, desde la caridad para el prójimo hasta para la construcción
de la casa de Dios; aleje un falso rumor perpetrado por gente que
odia a los católicos: “la Iglesia tiene más dinero que las minas del
rey salomón”, y decimos que odia a la Iglesia porque si no, no
levantaría falso testimonio, no buscaría dañar la imagen de la
Iglesia, la fama nunca se retribuye, es un daño muy difícil de
enmendar, no juegue con la fama de la Iglesia, hermano: es que vea
al vaticano, vea san Juan de los Lagos, vea los carros de los
sacerdotes, ¡amigo!, párele, indague antes de hablar, mida sus
palabras que por su lengua puede morir, ¿no será porque usted dio
$2,000.00 pesos de ofrenda o sí?, usted muy apenas echo 3.00 pesos e
incluso nunca echa y siempre habla, evite que su corazón se
corrompa. La Iglesia tiene tantos gastos que son difíciles de ir
cubriendo: pago de la luz, del agua, personal, mantenimiento y más
gastos, que sí usted supiera cambiaría de actitud. “De con cariño y
respeto aunque sea una pequeña moneda”, sea humilde y no presuma, ni
con ello quiera justificar el ser un mal católico. Pro 12:6 Las
palabras de los malvados son trampas mortales, la boca salva a los
honrados.
Receta 8.
Festeje como nunca el milagro más grande de todos los que hace Dios.
La presencia
real de Cristo Jesús en el banquete. Hincado, no despegue sus ojos
de las especies del vino y del pan, el milagro extraordinario que va
a suceder es la transformación de las sustancias del vino y pan por
las sustancias únicas del cuerpo y sangre de Cristo Jesús, ¡sucede,
no lo dude!, respire suave, la transubstanciación ha empezado en el
momento que el sacerdote empieza la consagración en el nombre del
Padre, del Hijo y del Espíritu santo, Dios es quién la hace y aunque
el sacerdote sea muy pecador sucede; vea como el amor de Dios es
derramado abundantemente para los hombres: “El que no come mi cuerpo
y no bebe mi sangre no tiene vida eterna”. “Esto es mi cuerpo que
será entregado por vosotros”, “Este es el cáliz de mí sangre, sangre
de la alianza nueva y eterna que será derramada por muchos para el
perdón de los pecados”.
Ante está
sublimidad el hombre no tiene ni armas para refutar aunque su loco
razonamiento se cuestione todo, aunque su loco razonamiento quiera
inventar cosas no alcanza a entender, no diga nada. Mejor calla
amigo, no lo eches a perder y da gracias a Cristo, pide fe, ¡por eso
dudas! Día a día este milagro se da y la gente más lo cuestiona, más
genera dudas en medios de comunicación, sin embargo Dios ha hecho el
milagro, ¡disfrútalo!. Pro 19:3 La necedad del hombre extravía su
camino y su corazón se irrita contra Yahvé.
Receta 9.
Comulga el banquete del Señor. La mesa está servida.
Llego el momento
de ir al encuentro del Señor, con tus manos, palmas juntas, acércate
con humildad y cuando el sacerdote te muestre el cuerpo de Cristo,
recuerda las palabras de Juan el bautista: “He ahí el cordero de
Dios” y con voz humilde pero con profundo amor di: “Amén” y retírate
a gozar del Señor, no necesitas decir muchas cosas, Santo Tomás
dijo: Señor mío y Dios mío”; sino has entrado al banquete querido
amigo, comulga espiritualmente hay una oración preciosa para la
comunión espiritual, no te quedes ahí como mero observador:
Jesús mío, creo
que Tú estás en el Santísimo Sacramento; te amo sobre todas las
cosas
y deseo
recibirte ahora dentro de mi alma; ya que no te puedo recibir
sacramentalmente,
ven a lo menos
espiritualmente a mi corazón.
Señor, no soy
digno ni merezco que entres en mi pobre morada pero di una sola
palabra
y mi alma será
sana, salva y perdonada.
El Cuerpo, la
Sangre, el Alma y la Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo,
guarden mi alma
para la vida eterna. Amén.
Su corazón se
sentirá mejor porque el Señor ama a todos y no los deja huérfanos,
recuerde alistarse también la siguiente vez para participar en el
banquete, no se le haga una costumbre porque no pueda enmendar su
vida. Dios es orden usted sea justo. (Pro 21:15) El cumplimiento del
derecho es alegría para el justo y amenaza para los malhechores.
Receta 10. Con
alegría dar gracias por el gran banquete.
Sí usted es un
católico que ya casi está en la puerta para correr después de la
bendición, ¡rompa con ese mal hábito!, juntos como un solo cuerpo
entramos en comunión con la cabeza que es Cristo Jesús y vamos a
salir a poner en práctica lo que hemos celebrado y vivido y… ¿qué
hemos celebrado y vivido?, la gran fiesta del Señor, que se note la
alegría, que se note el amor fraterno, que se note que hizo efecto
el cuerpo y sangre de Cristo Jesús en nosotros. Respete este
momento, no se inquiete, ha ganado más del minuto que se quiere
robar. Demos gracias a Dios y a disfrutar en grande de la fiesta del
Señor durante la semana, para nosotros los católicos el domingo es
el inicio de todo y el más importante. Pro 3:21-22 Hijo mío, mantén
el acierto y la reflexión y no las pierdas de vista: serán vida para
tu alma y adorno para tu cuello.
Aunque parezcan
simples recetas que ya escucho tal vez, es momento de ponerlas en
práctica y usted hermano verá lo milagroso de la receta que a través
de los siglos se ha difundido en nuestra santa Iglesia, pero que
muchos no quieren leer ni escuchar. Su celebración va a ser otra y
su actitud será formidable y positiva. Cocínela, prepárela y saboreé
a Cristo Jesús