ORACIONES DEL CRISTIANO
LA SEÑAL DE LA SANTA CRUZ
Por la señal de la Santa Cruz,
de nuestros enemigos
líbranos Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre,
y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
¿CUÁL ES LA SEÑAL DEL CRISTIANO?
Es la señal de la santa cruz, y significa que Jesús
fue crucificado muerto y sepultado para salvarnos,
además cada vez que la hacemos estamos invocando la
presencia de la Santísima trinidad.
¿QUÉ SIGNO SE HACE, DÓNDE SE HACE Y QUÉ SE DICE?
SANTIGUARSE:
es hacer la señal de la cruz invocando a la
Santísima Trinidad al decir: en el nombre del Padre
(Mano en la Frente), del Hijo (Mano en la parte baja
del Pecho) y del Espíritu Santo (pasando la mano del
hombro izquierdo al derecho). Al santiguarnos
invocamos la Santísima Trinidad.
PERSIGNARSE:
es hacer la señal de la cruz, en la frente, boca y
pecho. Diciendo: En la Frente, por la señal de la
santa cruz; En la Boca, de nuestros enemigos; En el
Pecho, líbranos Señor Dios nuestro.
SIGNARSE:
Es hacer la señal de la cruz en cualquier parte del
cuerpo
PADRE NUESTRO
Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos
ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Amén.
EL AVEMARÍA
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor
es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros,
pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
GLORIA
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos.
Amén.
EL CREDO (Apostólico)
Creo en Dios Padre
todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único
Hijo, nuestro Señor;
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu
Santo,
nació de Santa María Virgen;
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado;
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos;
subió a los cielos y está sentado a la derecha de
Dios, Padre todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y a los
muertos.
Creo en el Espíritu
Santo;
la Santa Iglesia Católica,
la Comunión de los Santos;
el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne;
y la vida eterna.
Amén.
EL CREDO (Niceno)
Creo en un solo Dios,
Padre todopoderoso,
Creador del Cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que, por nosotros los hombres
y por nuestra salvación bajo del cielo,
y por obra del Espíritu Santo
se encarnó María, la Virgen, y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato:
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día, según las Escrituras
y subió al cielo
y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria
para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá
fin.
Creo en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia,
que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo Bautismo
para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro. Amén.
LA SALVE
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve.
A ti llamamos los desterrados hijos de Eva;
a ti suspiramos gimiendo y llorando, en este valle
de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos;
y después de este destierro muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clementísima, oh piadosa,
oh dulce siempre Virgen María!
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar
las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
BENDITA SEA TU PUREZA
Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea,
en tan graciosa belleza.
A Ti celestial princesa,
Virgen Sagrada María,
te ofrezco en este día,
alma vida y corazón.
Mírame con compasión,
no me dejes, Madre mía.
SEÑOR MÍO JESUCRISTO
Señor mío Jesucristo,
Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío;
por ser vos quien sois, bondad infinita,
y porque os amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón de haberos ofendido,
también me pesa porque podéis castigarme con las
penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia,
propongo firmemente nunca más pecar,
confesarme y cumplir la penitencia
que me fuera impuesta. Amén.
Acto penitencial
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho de pensamiento,
palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa,
por mi gran culpa.
Por eso ruego a Santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos
y a vosotros, hermanos, que intercedáis por mi
ante Dios, nuestro Señor.
El Gloria
Gloria a Dios en el cielo
y en la tierra paz
a los hombres que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos,
te bendecimos, te adoramos,
te glorificamos, te damos gracias.
Señor, Dios, rey celestial, Dios Padre todopoderoso.
Señor Hijo Único, Jesucristo,
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre:
tú que quitas el pecado del mundo
ten piedad de nosotros;
tú que quitas el pecado del mundo
atiende nuestra súplica;
tú que estás sentado a la derecha del Padre
ten piedad de nosotros.
porque sólo tú eres santo,
sólo tú Señor,
sólo tú altísimo, Jesucristo.
Con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre. Amen.
MANDAMIENTOS DE LA LEY DE DIOS
El primero, amarás a Dios sobre todas las cosas.
El segundo, no tomarás el nombre de Dios en vano.
El tercero, santificarás las fiestas.
El cuarto, honrarás a tu padre y a tu madre.
El quinto, no matarás.
El sexto, no cometerás actos impuros.
El séptimo, no hurtarás.
El octavo, no dirás falso testimonio ni mentiras.
El noveno, no consentirás pensamientos ni deseos
impuros.
El décimo, no codiciarás los bienes ajenos.
Estos diez mandamientos se resumen en dos:
Amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo
como a ti mismo.
MANDAMIENTOS DE LA SANTA MADRE IGLESIA
El primero, oír Misa entera todos los domingos y
fiestas de precepto. El segundo, confesar los pecados mortales al menos
una vez al año, en peligro de muerte y si se ha de
comulgar. El tercero, comulgar al menos por Pascua de
Resurrección. El cuarto, ayunar y no comer carne cuando lo mande
la Santa Madre Iglesia. El quinto, ayudar a la Iglesia en sus necesidades.
Los sacramentos son siete
BAUTISMO
CONFIRMACIÓN
PENITENCIA
EUCARISTÍA
UNCIÓN DE LOS ENFERMOS
ORDEN SACERDOTAL
MATRIMONIOS
¿Que son los Sacramentos?
Los sacramentos son signos
sensibles, instituidos por Jesucristo y
administrados por la Iglesia, que causan la gracia y
fortalecen nuestra fe. Los siete sacramentos fueron instituidos por
Jesucristo, quien reiteradamente usó gestos y signos
para hacer conocer a los hombres la Gracia que El
venía a traer. Jesús quiso dejar siete signos salvadores para que
la Iglesia los repitiera a través del tiempo y
pudiera seguir realizando en el mundo la obra de la
salvación. A través de los sacramentos visibles, recibimos la
gracia que es el don invisible de Dios que nos hace
sus hijos adoptivos. La Gracia es la presencia de
Dios en el alma. Jesús caracterizó a la Gracia como
el don de una vida nueva, la de hijos de Dios. Además los sacramentos se encuentran situados en los
momentos fundamentales de la existencia humana: el
nacimiento, el crecimiento, el amor, el pecado, el
dolor, la muerte, etc. Jesús nos sale al encuentro y
nos acompaña así a lo largo de nuestra vida. Los sacramentos si bien por la voluntad de Cristo
causan la Gracia, sin embargo no son ritos mágicos:
para producir su efecto exigen de quien los recibe
una actitud de fe.
BAUTISMO:
Nacemos a la vida de hijos de Dios La palabra Bautismo proviene del griego y significa
“sumergir” o “lavar con agua”, lo cual se relaciona
con el uso simbólico del agua en este sacramento.
Por el Bautismo nos convertimos en hijos de Dios y
miembros de la Iglesia. Por ello es el primero de
los sacramentos.
CONFIRMACIÓN:
Nuestro crecimiento en la Fe “La confirmación perfecciona la gracia bautismal, es
el sacramento que da el Espíritu Santo para
enraizarnos mas profundamente en la filiación
divina, incorporarnos mas firmemente a Cristo, hacer
mas sólido nuestro vínculo con la Iglesia,
asociarnos todavía mas a su misión y ayudarnos a dar
testimonio de la fe cristiana por la palabra
acompañada de las obras”
EUCARISTÍA: Pan
de Vida. La Eucaristía puede definirse como el sacramento que
bajo las apariencias de pan y de vino, contiene la
presencia real, verdadera y sustancial de Jesús,
verdadero Dios y verdadero hombre, quien, sin
derramar otra vez su sangre, vuelve a sacrificarse
al Padre por nuestro Pecados. La palabra proviene
del griego y significa “acción de gracias”, lo cual
recuerda el gesto de acción de gracias de Jesús en
la Ultima Cena, antes de partir el pan.
RECONCILIACIÓN:
Sacramento del Perdón.
El sacramento de la Reconciliación (también llamado
Penitencia o Confesión) nos devuelve o nos aumenta
la amistad con Dios (=la Gracia) mediante el perdón
de los pecados que hemos cometido después de nuestro
Bautismo.
ORDEN SAGRADO:
Sacerdotes para siempre. Es el sacramento por el cual se constituyen los
“ministros” de la Iglesia, es decir, las personas
enteramente consagradas al Señor que administran los
sacramentos en nombre de Cristo, y enseñan la
Palabra de Dios.
MATRIMONIO:
Unión para toda la vida. Es un sacramento que santifica y perfecciona la
unión indisoluble de un hombre y una mujer que, al
casarse, han buscado ayudarse mutuamente y tener
hijos.
UNCIÓN DE LOS ENFERMOS:
Jesús nos acompaña en momentos de dolor. La Unción de los Enfermos puede definirse como aquel
sacramento que da al enfermo una gracia especial del
Espíritu Santo para sobrellevar mejor su
sufrimiento.
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OBRAS DE MISERICORDIA SON 14 Y SE DIVIDEN EN 7
ESPIRITUALES Y 7 CORPORALES.
Amor a Dios y amor al prójimo. Se ha comparado el
doble mandamiento del amor, a los maderos de una
cruz. El madero vertical representa nuestro amor a
Dios, pues va en sentido hacia arriba, hacia el
Cielo. El madero horizontal representa el amor a los
demás, a los semejantes, a los que están a nuestra
altura, pues va en sentido lateral. ¿Cuál de los dos
maderos es el primero? ¿Cuál de los dos no puede
sostenerse solo? ... Es clara la comparación. El
Amor a Dios es lo que sostiene nuestro amor
verdadero al prójimo. No puede haber amor al prójimo
sin amor a Dios. Las obras de misericordia son
acciones caritativas mediante las cuales ayudamos a
nuestros hermanos o nuestro prójimo en sus
necesidades corporales y espirituales
OBRAS CORPORALES DE MISERICORDIA (Mt 25,36)
1. Dar
de comer al hambriento
2. Dar
de beber al sediento
3. Dar
posada al necesitado
4.
Vestir al desnudo
5.
Visitar al enfermo
6.
Visitar a los presos
7.
Enterrar a los muertos
OBRAS ESPIRITUALES DE MISERICORDIA
1.
Enseñar al que no sabe
2. Dar
buen consejo al que lo necesita
3.
Corregir al que está en error
4.
Perdonar las injurias
5.
Consolar al triste
6.
Sufrir con paciencia los defectos
de los
demás
7.
Rogar a Dios por vivos y difuntos
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SANTO ROSARIO
Por la señal de la Santa Cruz,
de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
V/ R/
Señor mío
Jesucristo ...(Acto de contrición)
V/
Abre Tú,
Señor, mis labios.
R/
Y mi boca
proclamara tus alabanzas.
V/ Dios, ven en mi auxilio.
R/ Señor, date prisa en socorrerme.
V/
Gloria al
Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R/
Como era en un principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Los
misterios que corresponden a cada dia son:
Misterios de gozo
(Lunes y Sábado)
1. La Encarnación del Hijo de Dios (Lucas 1:26-38). 2. La Visitación de Nuestra Señora a su prima Santa
Isabel (Lucas 1:39-53). 3. El Nacimiento del Hijo de Dios en Belén (Lucas
2:6-19). 4. La Purificación de Nuestra Señora (Lucas
2:22-40). 5. El Niño perdido y hallado en el Templo (Lucas
2:41-52).
Misterios de luz
(
Jueves)
1. El Bautismo en el Jordán (cf. Mt 3, 17 par.) 2. La autorrevelación en las bodas de Caná (cf. Jn
2, 1-12), 3. El anuncio del Reino de Dios invitando a la
conversión (cf. Mc 1, 15), (cf. Mc 2. 3-13; Lc
47-48), 4. La Transfiguración (cf. Lc 9, 35 par.)
5. La
institución de la Eucaristía,
expresión sacramental del misterio pascual (Jn13, 1)
Misterios de dolor
(Martes y Viernes)
1. La Oración del Huerto (Mateo 26:36-41). 2. La Flagelación del Señor (Juan 18:36-38; 19:1). 3. La Coronación de espinas (Marcos 15:14-17; Mateo
27:24-30). 4. La Cruz a cuestas (Juan 19:17; Lucas 9:23). 5. Jesús muere en la Cruz (Juan 19:25-30).
Misterios de gloria
(Miércoles y Domingos)
1. La Resurrección del Señor (Marcos 16:6-8). 2. La Ascensión del Señor (Mateo 28:18-20; Hechos
1:9-11). 3. La Venida del Espíritu Santo (Hechos 2:1-4). 4. La Asunción de Nuestra Señora. 5. La Coronación de María Santísima.
Despues de recordar el misterio correspondiente, se
reza un padre nuestro, diez Avemarías y el gloria al
Padre… y luego la siguiente jaculatoria:
V/ R/
María,
Madre de gracia, Madre de misericordia, defiéndenos
de nuestros enemigos y ampáranos ahora y en la hora
de nuestra muerte. Amén.
Concluidos
los cinco misterios, se reza:
Dios te salve María, Hija de Dios Padre, llena eres de gracia... Dios te salve María, Madre de Dios Hijo, llena eres de gracia... Dios te salve María, Esposa de Dios Espíritu Santo, llena eres de gracia...
Letanías de Nuestra
Señora V/ Señor, ten piedad R/ Señor, ten piedad V/ Cristo, ten piedad R/ Cristo, ten piedad V/ Señor, ten piedad R/ Señor, ten piedad V/ Cristo, óyenos R/ Cristo, óyenos V/ Cristo, escúchanos R/ Cristo, escúchanos V/ Dios Padre celestial R/ Ten misericordia de
nosotros V/ Dios Hijo, Redentor del mundo V/ Dios Espíritu Santo V/ Trinidad Santa, un solo Dios V/ Santa María R/ Ruega por nosotros Santa Madre de Dios Santa Virgen de la Vírgenes Madre de Cristo Madre de la Iglesia Madre de la divina Gracia Madre purísima Madre castísima Madre virginal Madre sin corrupción Madre inmaculada Madre amable Madre admirable Madre del buen consejo Madre del Creador Madre del Salvador Virgen prudentísima Virgen digna de veneración Virgen digna de alabanza Virgen poderosa Virgen clemente Virgen fiel Espejo de justicia Trono de la Sabiduría Causa de nuestra alegría Vaso espiritual Vaso digno de honor Vaso insigne de devoción Rosa mística Torre de David Torre de marfil Casa de oro Arca de la Alianza Puerta del Cielo Estrella de la mañana
Salud de los enfermos Refugio de los pecadores Consuelo de los afligidos Auxilio de los cristianos Reina de los ángeles Reina de los patriarcas Reina de los Profetas Reina de los Apóstoles Reina de los Mártires Reina de los Confesores Reina de las Vírgenes Reina de todos los Santos Reina concebida sin pecado original Reina elevada al cielo Reina del Santísimo Rosario Reina de la familia Reina de la paz V/ Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo. R/ Perdónanos, Señor. V/ Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo. R/ Escúchanos, Señor. V/ Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo. R/ Ten misericordia de nosotros.
Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no
desoigas nuestras súplicas en las necesidades, antes bien líbranos de todos los peligros, Virgen gloriosa y bendita. V/ Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, R/ Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Cocedenos, Señor, a nosotros, tus siervos, gozar de
perpetua salud de alma y de cuerpo y por la gloriosa
intercesión de la Bienaventurada siempre Virgen
María vernos libres de las tristezas de esta vida y
gozar de las alegrías eternas. Por Jesucristo,
Nuestro Señor. Amén.
Oración (Tiempo
Pascual) Infunde, Señor, tu gracia en nuestras almas, para
que, los que por el anuncio del Ángel, hemos
conocido la Encarnación de tu Hijo, por su Pasión y
su Cruz, seamos llevados a la gloria de la Resurrección. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Al final también pueden añadirse las siguientes
oraciones:
Por las necesidades de la Iglesia y del Estado.
Padrenuestro. Avemaría y Gloria.
Por la persona e intenciones del Santo Padre y el
obispo. Padrenuestro. Avemaría y Gloria.
Por las benditas almas del Purgatorio. Padrenuestro.
Ave María. Descansen en paz. Amén
ÁNGELUS
-El ángel del Señor anunció a María
-Y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo Avemaría
-He aquí la esclava del Señor
-Hágase en mí según tu palabra Avemaría
-El Verbo de Dios se hizo carne
-Y habitó entre nosotros Avemaría
-Ruega por nosotros Santa Madre de Dios
-Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de
Nuestro Señor Jesucristo.
Oración
Infunde Señor tu gracia en nuestras almas para que
los que por el anuncio del ángel hemos conocido la
encarnación de tu Hijo, por su pasión y su Cruz
seamos llevados a la gloria de la resurrección. Por Jesucristo Nuestro Señor.
REINA DEL CIELO
-Alégrate Reina del cielo; aleluya.
-Porque el que mereciste llevar en tu seno; aleluya.
-Resucitó según predijo; aleluya.
-Ruega por nosotros a Dios; aleluya.
-Gózate y alégrate , Virgen María; aleluya.
-Porque ha resucitado Dios verdaderamente; aleluya.
Oración
Oh Dios que por la resurrección de tu Hijo Nuestro
Señor Jesucristo, te has dignado dar la alegría al
mundo, concédenos que por intercesión de su Madre,
la Virgen María, alcancemos los gozos de la Vida
eterna. Por el mismo Cristo Nuestro Señor. Amén.
MISTERIOS DEL SANTO ROSARIOMEDITADOS
Durante la oración del Santo Rosario
se meditan los misterios de nuestra fe.
En cada rosario meditamos 5 misterios
seguidos cada uno por un
Padre Nuestro y diez Avemarías.
Los misterios están agrupados
en cuatro:
Gozosos
(lunes y sábados)
Luminosos
(jueves)
Dolorosos
(martes y viernes)
Gloriosos
(miércoles y domingos)
Meditamos en el corazón, como María.
Con ella vamos a Jesús para entregamos
al Padre. A
medida que decimos las oraciones vocales, vamos
pensando
en los principales misterios de
nuestra Redención.
Ver también: Rosarium
Virginis Mariae
Los Misterios Gozosos (lunes y
sábados)
1 - La Anunciación.
(Lucas 1, 30-32, 38)
“El ángel le dijo: No temas, María,
porque has hallado gracia delante de Dios, vas a concebir en el
seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. El
será grande y será llamado Hijo del Altísimo (...). Dijo María: He
aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tú palabra.” |
2 - La Visitación (de María a su prima
Santa Isabel).
(Lucas 1, 39-43)
“En aquellos días, se levanto María y se
fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá;
entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en
cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su
seno, e Isabel quedó llena del Espíritu Santo; y exclamando con
gran voz, dijo: bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu
vientre; y ¿de donde a mí que la madre de mi Señor venga a
visitarme?” |
3 - El Nacimiento de Jesús
(Lucas 2, 6-11)
“Y sucedió que, mientras ellos estaban
allí se cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo
primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre,
porque no tenían sitio en el alojamiento. Había en la misma comarca
algunos pastores (...) se les presentó el Ángel del Señor, (...)y les
dijo: no temáis, pues os anuncio
una
gran alegría, (...) os ha nacido (...)
un salvador.” |
4 - La Presentación
(Lc 2, 22-25, 34-35)
“Llevaron a Jesús a Jerusalén para
presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor. (...) Y he
aquí que había en Jerusalén un hombre llamado Simeón que esperaba la
consolación de Israel; y estaba en él el Espíritu Santo.
(...)Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: Éste está puesto para caída y
elevación de muchos en Israel,
y para ser señal de contradicción- ¡y a
ti misma una espada te traspasará el alma!- a fin de que queden al
descubierto las intenciones de muchos corazones.” |
5 - El Niño Perdido y Hallado en el
Templo
(Lc 2, 41-47)
“Sus padres iban todos los años a
Jerusalén a la fiesta de la Pascua.
(...) Subieron ellos como de costumbre a la
fiesta y, al volverse, pasados los días, el niño Jesús se quedó en
Jerusalén, sin saberlo sus padres(...). Se volvieron a Jerusalén en su
busca(...). Al cabo de tres días, le encontraron en el templo sentado en
medio de los maestros,
escuchándoles y
preguntándoles; todos los que le oían,
estaban
estupefactos por su inteligencia
y sus respuestas.” |
Los Misterios Luminosos (jueves)
Ver carta apostólica Rosarium Virginis Mariae,
X-2002
1 - Su bautismo
en el Jordán
(Mt
3, 13,
16-17) “Entonces aparece Jesús, que viene de
Galilea al Jordán donde Juan,
para ser bautizado por él (...). Salió
luego del agua; y en esto se abrieron
los cielos y vio al Espíritu de Dios que
bajaba en forma de paloma y venía
sobre él. Y una voz que salía de los
cielos decía: Este es mi
Hijo amado,
en quien yo me complazco.” |
2 - Su autorrevelación en las bodas del
Caná (Jn 2,1-5) “Se celebraba una boda en Caná de
Galilea y estaba allí la madre
de Jesús. Fue invitado también a la boda
Jesús con sus discípulos.
Y, como faltara vino, porque se había
acabado el vino de la boda,
le dice a Jesús su madre: No tienen
vino. Jesús le responde:
¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no
ha llegado mi hora.
Dice su madre a los sirvientes: Haced lo
que él os diga.” |
3 - Su Anuncio
del Reino de
Dios, invitando a la conversión (Mc
1, 15,
21;
2,3-11;
Lc 7, 47-48)
“Marchó Jesús a Galilea; y proclamaba la
Buena Nueva de Dios: El tiempo se ha
cumplido y el Reino de Dios está cerca;
convertíos y creed en la Buena Nueva
(...). [Luego] llegan a Cafarnaúm (...)
y le vienen a traer a un paralítico.
(...) Al no poder presentárselo a causa
de la multitud, abrieron el techo (...)
y a través de la abertura que hicieron,
descolgaron la
camilla donde yacía el paralítico.
Viendo Jesús la fe de ellos, dice al
paralítico:
Hijo, tus pecados te son perdonados
(...), a ti te digo, levántate, toma tu
camilla y vete a tu casa.” (Lc 7, 47-48) Por
eso te digo que quedan
perdonados sus muchos pecados, porque ha
mostrado mucho amor.
A quien poco se le perdona, poco amor
muestra.»
Y le dijo a ella:
«Tus pecados quedan perdonados.» |
4 - Su Transfiguración (Mt 17, 1-3, 5) “Seis días después, toma Jesús consigo
a Pedro, a Santiago y a su hermano
Juan, y los lleva aparte, a un monte
alto. Y se transfiguró delante de ellos:
su rostro se puso brillante como el sol
y sus vestidos se volvieron blancos
como la luz. En esto, se les aparecieron
Moisés y Elías que conversaban
con él. (...) [Y] una nube luminosa los
cubrió con su sombra
y de la nube
salía una voz que decía: Este es mi Hijo
amado, en quien
me complazco;
escuchadle."
|
5 - Institución de la Eucaristía, expresión
sacramental del misterio pascual.
(Jn, 13, 1; Mt 26, 26-29) “Sabiendo Jesús, que había llegado su
hora de pasar de este mundo al Padre,
habiendo amado a los suyos que estaban
en el mundo, los amó hasta el extremo”.
Y “mientras estaban comiendo, tomó Jesús
pan y lo bendijo,
lo partió y, dándoselo a sus discípulos,
dijo: Tomad, éste es
mi cuerpo. Tomó luego una copa y, dadas
las gracias, se la
dio diciendo: bebed de ella todos,
porque ésta es mi sangre
de la Alianza, que es derramada por
muchos para perdón de
los pecados” . |
Los Misterios Dolorosos (martes y viernes)
1 - La Agonía en el Huerto (Lc 22, 39-46)
“Va Jesús con ellos a una propiedad
llamada Getsemaní, y dice a
los discípulos: Sentaos aquí, mientras
voy allá a orar. Y tomando
consigo a Pedro y a los dos hijos de
Zebedeo, comenzó a sentir
tristeza y angustia. Y adelantándose un
poco, cayó rostro en tierra,”
y dijo: “Padre si quieres aparta de mí
esta copa, pero no se haga
mi voluntad sino la tuya. “Y sumidoen
agonía, insistía más en su
oración. Su sudor se hizo como gotas
espesas de sangre que
caían en tierra” (Mt 26, 36-37; Lc 22,
41-44). |
2 - La Flagelación de Nuestro Señor
Jesucristo
(Jn 18, 33, 19;1)
(Pilato) “volvió a salir donde los
judíos y les dijo: Yo no encuentro
ningún delito en él (...). ¿Queréis,
pues, que os ponga en libertad
al Rey de los judíos? Ellos volvieron a
gritar diciendo:
¡A ése, no; a Barrabás! (...) Pilato
entonces tomó a
Jesús y mandó azotarle” .
|
3 - La Coronación de Espinas (Mt 27, 29-30) Los soldados “trenzando una corona de
espinas, se la pusieron
sobre su cabeza, y en su mano derecha
una caña; y doblando
la rodilla delante de él, le hacían
burla diciendo: ¡Salve,
Rey de los judíos!; y después de
escupirle, cogieron la caña
y le golpeaban en la cabeza.” |
4 - Jesucristo, la cruz a cuestas y
camino al Calvario. (Mt, 27, 31; Jn
19, 17; Mc 15, 21) “Cuando se hubieron burlado de él, le
quitaron el manto,
le pusieron sus ropas y le llevaron a
crucificarle”.
“Y él cargando con su cruz, salió hacia
el lugar llamado Calvario”.
“Y obligaron a uno que pasaba, a Simón
de Cirene, (...)
a que llevara su cruz.” |
5 - La Crucifixión y Muerte de Nuestro
Señor
(Lc 23, 33-34, 44-46; Jn 19, 33-35) “Llegados al lugar llamado Calvario, le
crucificaron. (...)
Jesús decía: Padre, perdónales, porque
no saben lo que hacen (...).
Era ya cerca de la hora sexta cuando, al
eclipsarse el sol, hubo
oscuridad sobre toda la tierra hasta la
hora nona (...). Jesús, dando
un fuerte grito, dijo: Padre, en tus
manos encomiendo mi espíritu y,
dicho esto, expiró.” “Como le vieron
muerto, no le quebraron
las piernas, sino que uno de los
soldados le traspasó el costado
con una lanza y al instante salió sangre
y agua.” |
Los Misterios Gloriosos (miércoles y domingo)
1 - La Resurrección del Señor
(Mt 28, 5-6) “El Ángel se dirigió a las mujeres y les
dijo: Vosotras no temáis,
pues sé que buscáis a Jesús, el
Crucificado; no está aquí, ha
resucitado, como lo había dicho. Venid,
ved el lugar donde
estaba. Y ahora id en seguida a decir a
sus discípulos:
Ha resucitado de entre los muertos” |
2 - La Ascensión (Lc 24, 50-51; Mc 16, 20) Jesús “los sacó hasta cerca de Betania
y, alzando sus manos,
los bendijo. Y sucedió que, mientras los
bendecía se separó de
ellos y fue llevado al cielo.” Después
“salieron a predicar por
todas partes, colaborando el Señor con
ellos y confirmando la
Palabra con las señales que la
acompañaban.” |
3 - La Venida del Espíritu Santo en
Pentecostés (Hch 1, 14; 2, 1-4) “Todos ellos perseveraban en la oración,
con un mismo espíritu
en compañía de algunas mujeres, de
María, la madre de Jesús,
y de sus hermanos. (...) Al llegar el
día de Pentecostés, estaban
todos reunidos en un mismo lugar. De
repente vino del cielo un
ruido (...) que llenó toda la casa en la
que se encontraban. Se
les aparecieron unas lenguas como de
fuego que se repartieron
y se posaron sobre cada uno de ellos;
quedaron todos llenos
del Espíritu Santo y se pusieron a
hablar en otras lenguas, según
el Espíritu les concedía expresarse” |
4 - La Asunción de la Virgen Santísima (Ct 2, 10-11, 14) “¡Levántate, amada mía, hermosa mía, y
vente! Porque, mira,
ha pasado ya el invierno, han cesado las
lluvias y se han ido. (...)
Muéstrame tu semblante, déjame oír tu
voz; porque tu voz es dulce,
y bello tu semblante.” |
5 - La Coronación de la Virgen
Santísima como Reina de Cielos y Tierra.
(Sal. 45, 14-15; Ap 11, 19;12, 1) “Toda espléndida, la hija del rey, va
adentro, con vestidos en oro
recamados; con sus brocados es llevada
ante el rey.” Y “una gran
señal apareció en el cielo; una mujer,
vestida del sol, con la luna
bajo sus pies, y una corona de doce
estrellas sobre su cabeza.”
|
Según la tradición, la reflexión de
los misterios es la parte del rosario que la Virgen
le explicó a Sto. Domingo con mucho cuidado. Cuando
pensamos en Jesús, meditando los misterios de la
revelación, profundizamos nuestra fe y valoramos lo
que El ha hecho por nosotros. La mejor forma de
lograr esa meditación es hacerla con Su Santísima
Madre, la Virgen María. Empezamos a comprender, a la
vez, el gran papel que juega María en nuestra
Redención. Los misterios del rosario nos acercan más
a Jesús y a María.
BENDICIÓN DE LA MESA
Bendícenos Señor a nosotros y a estos alimentos que
por tu bondad vamos a tomar. Amén.
El Rey de la eterna Gloria nos haga partícipes de la
mesa celestial. Amén.
ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
Ven, Espíritu divino,
manda tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre;
don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma,
descanso en nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma,
divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre
si tu le faltas por dentro; mira el poder del pecado
cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones
según la fe de tus
siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno.
ORACIÓN AL ÁNGEL CUSTODIO
Ángel de mi guarda,
dulce compañía, no me desampares,
ni de noche ni de día, no me dejes solo que me perdería.
ACCIÓN DE GRACIAS
Te
damos gracias omnipotente Dios por todos tus
beneficios, tu, que vives y reinas, por los siglos
de los siglos. Amén. El Señor nos de su paz.
Y la vida eterna. Amén.
JACULATORIAS
Las
jaculatorias son oraciones vocales breves que ayudan
a mantener la presencia de Dios a lo largo del día.
Son palabras de amor, expresión de cariño vivo que
salen espontáneamente. Puede servir aprenderse
algunas de memoria: - Señor, Tú lo sabes todo, Tú sabes que te amo. - ¡Señor mío y Dios mío! - Corazón Dulcísimo de María, prepárame un camino
seguro. - Auméntame la fe, la esperanza y la caridad. - Santa María, Madre del Amor Hermoso, ayuda a tus
hijos. - Jesús, Hijo de Dios, apiádate de mí que soy un
pecador. - Corazón de Jesús, en Vos confío. - No se haga mi voluntad sino la tuya. - Reina de la paz, ruega por nosotros.
VISITA AL SANTÍSIMO
-Viva Jesús Sacramentado
-Viva y de todos sea amado Padrenuestro. Avemaría. Gloria
(3 veces) Comunión espiritual .
COMUNIÓN ESPIRITUAL
Yo
quisiera, Señor, recibiros con aquella pureza, humildad y devoción
con que os recibió vuestra Santísima Madre;
con el espíritu y fervor de los santos.
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LETANÍAS DE
CRISTO, SUMO Y ETERNO SACERDOTE
Kyrie, eleison,
Kyrie, eleison
Christe, eleison,
Christe, eleison
Kyrie, eleison,
Kyrie, eleison
Cristo, óyenos,
Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos,
Cristo, escúchanos
Dios, Padre celestial,
Ten misericordia de nosotros
Dios, Hijo, Redentor del mundo
Dios, Espíritu Santo
Santísima Trinidad, un solo Dios
Jesús, Sacerdote y Víctima
Jesús, Sacerdote eterno, según el rito
de Melquisedec
Jesús, Sacerdote a quien el Padre envió
para evangelizar a los pobres
Jesús, Sacerdote que en la última cena
instituiste el memorial de tu sacrificio
Jesús, Sacerdote siempre vivo para
interceder por nosotros
Jesús, Pontífice al que el Padre ungió
con la fuerza del Espíritu Santo
Jesús, Pontífice tomado de entre los
hombres
Jesús, Pontífice constituido a favor de
los hombres
Jesús, Pontífice de nuestro testimonio
Jesús, Pontífice de mayor gloria que
Moisés
Jesús, Pontífice del auténtico Templo
Jesús, Pontífice de los bienes futuros
Jesús, Pontífice inocente, inmaculado y
santo
Jesús, Pontífice misericordioso y fiel
Jesús, Pontífice consumido por el celo
del Padre y de las almas
Jesús, Pontífice perfecto para siempre
Jesús, Pontífice que penetraste los
cielos derramando tu propia sangre
Jesús, Pontífice que iniciaste un nuevo
camino a favor nuestro
Jesús, Pontífice que nos has amado y nos
has purificado del pecado por tu sangre
Jesús, Pontífice que te entregaste a
Dios como oblación y víctima santa
Jesús, Víctima en la que tenemos la fe
del acceso a Dios
Jesús, Víctima que vive eternamente.
Muéstrate propicio, Líbranos, Señor
De la búsqueda temeraria del ministerio
Del pecado del sacrilegio
De la falta de moderación
De los deseos deshonestos
Del abuso de los bienes de la Iglesia
Del amor del mundo y de sus vanidades
De una indigna celebración de tus
Misterios
Por tu sacerdocio eterno, Te rogamos,
óyenos
Por tu santa unción, por la que el Padre
te constituyó como Sumo Sacerdote
Por tu espíritu sacerdotal
Por aquel ministerio por el que
glorificaste en la tierra al Padre
Por la cruenta inmolación de tu cuerpo
en la cruz realizada una vez para siempre
Por aquel mismo sacrificio que se
renueva cada día en el altar
Por aquel poder divino que ejerces de
manera invisible por medio de los sacerdotes
Para que te dignes conservar en santidad
a todo el Orden Sacerdotal, Te rogamos, óyenos
Para que concedas a tu pueblo pastores
según tu corazón
Para que los llenes de espíritu
sacerdotal
Para que los labios sacerdotales guarden
tu sabiduría
Para que envíes operarios a tu mies
Para que aumentes el número de fieles
dispensadores de tus misterios
Para que les concedas paciencia en el
ministerio, eficacia en la acción y perseverancia en la oración
Para que por su medio se promueva por
doquier el culto del Santísimo Sacramento
Para que recibas en el gozo eterno a los
que han desempeñado el ministerio
Cordero de Dios, que quitas el pecado
del mundo, Perdónanos, Señor
Cordero de Dios, que quitas el pecado
del mundo, Escúchanos, Señor
Cordero de Dios, que quitas el pecado
del mundo, Ten misericordia de nosotros
Sacerdote eterno, Cristo, óyenos, Cristo
óyenos
Sacerdote sumo y eterno, Cristo,
escúchanos, Cristo, escúchanos
ORACIÓN: Oh Dios, que cuidas y santificas a tu Iglesia, por medio de tu Espíritu,
suscita en ella dispensadores fieles e idóneos de los santos misterios,
para que por su ministerio y su ejemplo, el pueblo cristiano protegido
por ti avance por la senda de la salvación. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
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Yo soy el pan vivo bajado del cielo.
No hay civilización y
podemos acudir a la tradición de todos los pueblos-- que no
celebre el banquete para expresar la unión y la alegría en una
fiesta. -¿Una fiesta de bodas sin convite?... ¿Una fiesta patria
sin el banquete de las autoridades?... ¿Un cumpleaños familiar
sin la mesa preparada?... ¿Una celebración cualquiera y que no
se piense en los buenos platos preparados cuidadosamente?...
Así ha sido y es en todas las culturas. Porque el compartir la
mesa es un lazo que estrecha los corazones y acrece la alegría.
El pueblo de Israel no fue una excepción, al contrario, lo
sintió como ninguna otra nación. Pero el banquete en Israel tenía un carácter verdaderamente
sagrado cuando se relacionaba con el banquete pascual. Aquel
cordero asado, y consumido en una fiesta tan bella, significaba
la liberación de la esclavitud de Egipto y la alianza con el
Dios libertador. Y a la vez --y esto es muy importante--
significaba al Cristo que había de venir para la liberación
total de Israel y del mundo. En el banquete pascual, Dios era el
primer comensal y el centro de la alegre celebración.
¡Un banquete!... Jesús asume la idea y quiere dejar un banquete
a su Iglesia, un nuevo banquete pascual para el nuevo Israel de
Dios. Anfitrión, servidor y manjar será el mismo Señor
Jesucristo.
El Evangelio es de lo más sublime que contiene la Biblia. Nos
dice lo máximo que Dios ha prometido y realizado como
consecuencia última de la Encarnación. Dios da al mundo su Hijo hecho Hombre.
Jesús se entrega en sacrificio por la salvación del mundo.
La carne y la sangre de esta Víctima toman la forma de pan y
vino. Y como pan y vino se entrega Jesús al mundo para que el mundo
tenga en plenitud la vida de Dios.
La Eucaristía se convierte en prenda, garantía y fuerza de la
resurrección y de la vida eterna.
En la Eucaristía, que hoy promete Jesús, se resume, se ofrece y
se nos da todo lo que Dios ha hecho por nuestra salvación.
Dándose a Sí mismo Jesús de esta manera, a Jesús no le queda ya
nada más que dar...
El discurso de la sinagoga de Cafarnaúm se desarrolla en un
diálogo casi dramático. Porque a los judíos no les cabe en la
cabeza lo que Jesús va diciendo:
Yo soy el pan vivo bajado del cielo. Quien coma de este pan
vivirá eternamente. Y el pan que yo daré es mi carne para la
vida del mundo.
El escándalo estalla violento: - Pero, ¿cómo puede éste darnos para comer su carne y su sangre?
Jesús se da cuenta de la situación penosa que crean sus
palabras. Pero no las puede negar, ni disimular, ni darles
ningún sentido equívoco. Hoy, más que nunca, tiene que ser claro
en sus expresiones. Y no atenúa para nada el sentido de lo que
profiere: ¡Sí, verdadera comida y verdadera bebida! No
interrumpamos ahora ni el pensamiento ni la palabra de Jesús,
que nos asegura: Os digo la verdad. Si no coméis mi carne y no bebéis mi sangre
no tendréis vida en vosotros. Quien come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo lo
resucitaré en el último día.
Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera
bebida. Quien come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo
en él. Como el Padre, que tiene la vida, y yo la tengo por el
Padre, así el que me come vivirá por mí. Éste es el pan bajado
del cielo. No como aquel que comieron vuestros padres y
murieron. El que coma de este pan vivirá eternamente.
Esta es la gran promesa de la Eucaristía. Negar la realidad de
la presencia real, física, personal de Jesucristo, con cuerpo y
alma en el Sacramento, es negar la palabra más seria del Señor.
Es rechazarle a Él en persona. Es retorcer sus palabras, que no
admiten otra interpretación que la literal.
Jesús se dio cuenta del desconcierto que sus afirmaciones y
promesa provocaban entre sus oyentes de la sinagoga y no se tiró
para atrás en su exposición. De tener sus palabras un sentido
diferente del que suena a la primera, el Señor hubiera sido el
responsable de la incredulidad de los judíos, del rechazo que de
Él hicieron y de la condenación a que los exponía. Y pensar
esto, ¿no sería una terrible blasfemia?...
Las palabras de Jesús nos dicen lo que es la Eucaristía. Es el
banquete de los hijos de Dios en su Iglesia. En este banquete es
comido Cristo, el alma se llena de su gracia y se nos da la
prenda de la gloria futura. Es un convite en el que todos los
comensales nos unimos en el mismo amor y en la misma esperanza.
Dios Padre ha encontrado en la Comunión la manera mejor de darse
a nosotros en su Hijo. Jesucristo no ha puesto límites en su
entrega a su amada esposa la Iglesia. Y al comernos a Cristo el
Resucitado, el Espíritu Santo se escapa por las llagas de Jesús
y se derrama en nosotros como un torrente avasallador...
Sólo un cerebro divino pudo idear semejante maravilla. Sólo de
un Corazón de Dios pudo nacer semejante generosidad. Y sólo los
hijos de Dios en su Iglesia somos los afortunados que, creyendo,
hacemos nuestra toda la vida divina y todos los bienes inmensos
que encierra la Eucaristía. OREMOS ¡Señor! Que todos crean, para que todos se sienten con nosotros
en la misma mesa tuya...AMEN
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¿QUÉ ES
ORAR?
Orar
es entrar en comunicación con Dios desde su intimidad
hasta mi intimidad, para alabarle, adorarle, darle
gracias, suplicarle perdón y pedirle sus beneficios
Clases de
Oración:
Acción de gracias:
agradecemos a Dios por su infinito manifestado en un
hecho cotidiano por ejemplo el don de la vida.
Petición:
cuando pedimos
perdón a Dios por que le hemos fallado y hemos pecado
contra El, pedimos (suplicamos) a Dios que nos socorra
con su protección Divina en alguna necesidad.
Bendición y Adoración:
Adoramos a Dios como Rey y Señor, como Padre y creador
de todo. La adoración si se puede se debe hacer de
rodillas frente al Santísimo Sacramento.
Alabanza:
la alabanza es
la forma de orar por la que reconocemos que Dios es
Dios, le damos la gloria no por lo que hace sino por lo
que El es.
Intercesión:
Cuando oramos a Dios pidiendo que nos ayude y
ayude a otros, es suplicar a Dios por nuestros
familiares, amigos, y por todas las necesidades etc.
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|
Pan |
el pan es el alimento base, imagen de vida, alegría,
prosperidad, ganarse el pan es ganarse la vida. Es símbolo de
unidad. El pan resulta de la unión de muchos granos. El Pan
Consagrado u Hostia Consagrada es Cristo mismo. (Jn 6, 35).
|
Vino |
es signo de alegría y vitalidad. Los judíos pensaban que el vino
alimentaba la sangre, por lo tanto daba vida. Jesús compara el
vino con su sangre. El vino es signo de sacrificio expiatorio
(es símbolo de dolor y tragedia, nos recuerda la Sangre de
Cristo) y de sacrificio festivo. Por eso, el vino eucarístico no
sólo es víctima sino también alegría y vida. El vino consagrado
es la sangre de Cristo, es Cristo mismo (Lc 22, 20; Jn 15, 1).
|
Incienso |
la oración que sube al Señor.
|
Agua Bendita
|
agua consagrada para bendecir a las personas y también a los
objetos litúrgicos y no litúrgicos. |
VESTIMENTAS |
Los vestidos u ornamentos que se usan en la celebración de la
Eucaristía fueron trajes normales en los primeros siglos de las
comunidades cristianas. A medida que pasaba el tiempo los
civiles dejaron de usar estos trajes y la Iglesia decidió seguir
usándolos en el culto. Ahora se revisten los presbíteros,
diáconos y los obispos. Los vestidos de la liturgia no son
signos de poder o autoridad, más bien nos recuerdan que quienes
los llevan están actuando como ministros de Cristo y de la
Iglesia. Las vestiduras también ayudan a dar un carácter festivo y
sagrado a la celebración. |
Amito |
es una tela cuadrada generalmente de lino, se pone debajo del
alba para cubrir totalmente el vestido alrededor del cuello. Su
nombre viene del latín "amiciere" y significa cubrir. |
|
Alba |
es una palabra latina que significa "blanca". Es la vestidura
básica para todos los ministros en la celebración litúrgica, es
una túnica blanca que cubre el cuerpo desde el cuello a los
tobillos. Sus antecesores son las túnicas antiguas que se
utilizaban en el mundo civil. Esta vestidura blanca también
tiene un sentido bautismal; la pueden usar los que van a recibir
el Bautismo como signo de su renacimiento en Cristo. |
|
Cíngulo |
viene del latín "cingere" que significa "ceñir". El cíngulo o
ceñidor es un complemento necesario para ciertos vestidos
amplios como la túnica o el alba, con el fin de ceñirlos mejor a
la cintura. Muchas veces tiene forma de cordón y son bellamente
adornados y decorados. Desde sus inicios ha simbolizado
continencia y castidad. |
|
Estola |
del griego "stole". Es una banda larga de tela, más o menos de
15 y 25 cm. de ancho, blanca o del color litúrgico
correspondiente, que pende del cuello. Las estola es común a
todos los ministros ordenados, con la diferencia que los
sacerdotes se la colocan entorno a los dos hombros, sobre el
alba y bajo la casulla, cayendo sus extremos en paralelo, y los
diáconos la visten de manera cruzada, sobre el hombro izquierdo
y sujetas las dos puntas en el costado derecho. Los ministros se
ponen la estola para distribuir la Comunión o para el Sacramento
de la Reconciliación. |
|
Casulla |
palabra latina que significa "casa pequeña" o "tienda". Se llama
así a la vestidura que el sacerdote viste encima del alba y la
estola, a modo de capa o manto amplio, abierto por los lados y
con un hueco para la cabeza. En la historia ha tenido muchas
formas nobles y amplias. La forma original es amplia, propia de
la vestidura romana (la toga romana sería el antecedente de la
casulla). La casulla es la vestidura que caracteriza al que
preside la Eucaristía. |
|
Paño humeral |
paño de forma rectangular que el presbítero se coloca sobre la
espalda tomando con los extremos la custodia en las procesiones
con el santísimo y adoraciones. |
|
Capa pluvial |
capa que se utiliza en celebraciones especiales. Ésta cubre el
cuerpo desde el cuello, ensanchándose gradualmente hacia la
parte inferior. |
|
ELEMENTOS SAGRADOS Y ACCESORIOS |
Cáliz |
en griego "poterion", significa vaso en forma de copa para
beber, que ya era común en tiempos del Señor Jesucristo. Esta
copa tenía que ser de metal. Desde muy antiguo ha tenido un uso
común y un sentido simbólico: Cáliz del dolor (Mt 20, 22; 26,
39), Cáliz de la ira (Is 51, 17; Ap 16, 19); Cáliz de bendición
(Sal 15, 5). Las primeras generaciones de cristianaos utilizaban
el cáliz para comulgar con la Sangre de Cristo, así lo dice
Pablo en 1 Cor 10, 16.21. El cáliz eucarístico es el vaso
sagrado por excelencia. El material del cáliz debe ser sólido,
noble, que no absorba los líquidos. |
|
Patena |
es una bandeja o platillo en el cual se deposita el pan
consagrado durante la Santa Misa. En los primeros siglos era un
recipiente profundo no tan estilizado como ahora. Esto se debía
a que todos comulgaban de este recipiente, junto con el cáliz,
la patena es un vaso sagrado. |
Copón |
llamado también "píxide" o "pixis". El copón (copa grande) es el
vaso sagrado que se usa para distribuir la comunión a los fieles
y para conservar el Cuerpo de Cristo en el Sagrario. Ha tenido
formas distintas desde una cesta, hasta la copa en su forma
actual. Debe ser de material sólido, hermoso y digno. Es
preferible que sea de metal, si es posible, plateado o dorado.
Se debe evitar utilizar cualquier cesto o recipiente para la
reserva eucarística. |
Corporal |
es un lienzo cuadrado que se sitúa a partir de la presencia de
los dones sobre el altar para depositar en él el pan y el vino
que se convertirán en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, en la
Eucaristía. El nombre le viene del Cuerpo del Señor, que va a
reposar sobre este lienzo en la Misa. También se usa para
depositar la Custodia sobre el altar o para llevar la comunión a
los enfermos. |
|
Purificador |
pequeño paño blanco para limpiar el cáliz, la patena y el copón. |
Palia |
paño almidonado para tapar el cáliz y la patena, ello a los
fines de evitar la contaminación externa. |
Ostensorio o Custodia |
pieza de metal en el cual se coloca el Santísimo Sacramento para
ser expuesto a la adoración de los fieles. |
|
Viril |
elemento de sostén para la hostia dentro de la custodia. |
|
Mantel |
se coloca sobre el altar para revestirlo para la celebración de
la Santa Misa. |
|
Manutergio |
pequeño paño o toalla con el cual el presbítero se seca las
manos luego de lavárselas, con este rito se expresa el deseo de
purificación interior. |
|
Lavabo |
utensillos para el ritual del lavado de manos. |
Crismeras |
vasos donde se colocan los santos óleos: de los catecúmenos, de
los enfermos (Bautismo y Unción de los Enfermos) y Santo Crisma
(perfumado, para Bautismo, Confirmación y Orden Sagrado). |
|
Vinajeras |
recipientes que contienen el agua y el vino que se presentarán
antes de la Consagración. Las vinajeras deben estar siempre
tapadas para evitar que en ellas caiga suciedad o algún insecto.
La vinajera del vino se pone a la derecha de la del agua. |
|
Copa de abluciones |
es un recipiente con agua, que después de dar la Comunión sirve
para la purificación de los dedos. |
|
Campanilla o Carrillión |
se toca de dos modos: con un simple toque o con un repique.
Toque es el sonido producido por un solo movimiento de la mano.
Repique es un sonido repetido y prolongado. Se da un toque un
poco antes de la consagración, cuando el sacerdote pone las
manos sobre el cáliz. En la Consagración se toca mientras el
sacerdote tiene en alto la Hostia Consagrada continuando durante
la elevación del cáliz. |
|
Acetre o calderillo |
recipiente para el agua bendita. |
|
Hisopo |
utensilio con que se esparce el agua bendita. Consiste en un
mango que lleva en su extremo un manojo de cerdas o una bola
metálica hueca y agujereada para sostener el agua. Se utiliza
con el acetre, donde recibe el agua que será asperjada
(salpicada). |
Incensario o turíbulo |
recipiente donde se colocan brasas e incienso, utilizado en
ceremonias solemnes para incensar. |
Naveta |
recipiente donde se guarda el incienso junto con una cucharilla.
Tiene forma de nave. |
Luminaria |
es una lamparita, vela o lámpara de aceite (también eléctrica)
que debe arder continuamente junto al sagrario, para recordar
que Jesucristo está sacramentalmente allí y significa el amor
vigilante de Dios. |
Cruz del Altar |
es Cristo crucificado para la salvación de todos. |
Atril |
es de madera o de metal y sirve para poner el misal durante la
celebración de la Eucaristía. Su uso comenzó a finales del siglo
XV. |
|
Velas del Altar |
las luces vienen de la época de las catacumbas, donde por la
oscuridad se tenía que usar antorchas fijas en la bóveda cerca
al altar. El uso de estas luces tenían la intención de honrar la
luz verdadera que es Cristo. En el siglo XII se ponen las luces
en el altar y hacia el siglo XVI se hace obligatorio tener luces
en el altar para la celebración. Se le ha dado varios
simbolismos a estas luces: la de la izquierda representaría a
los santos del Antiguo Testamento y la de la derecha a los
santos del Nuevo Testamento. Además, estas luces representarían
a los serafines que Isaías escuchó cantar el Santo (Is 6, 1-3).
La luz también refiere a la actitud que el cristiano debe
mantener en su vida diaria ""Ustedes son la luz del mundo..."
(Mt 5, 14; Ef 5, 8). |
|
LUGARES Y MOBILIARIO |
Altar |
Altar viene de dos voces latinas: alta que significa alto,
elevado y ara que significa piedra del sacrificio. Es el centro
de la celebración de la Eucaristía, pues en torno a él se
celebra la Misa. En las primeras comunidades cristianas cuando
se celebraba el culto en las casas, el altar era una mesa de
madera redonda o rectangular. Con el tiempo el altar fue una
simple mesa de piedra de una sola pieza consagrada por el
Obispo. En esta mesa estaban encerradas las reliquias de los
mártires. El uso del altar de piedra nace de las catacumbas,
donde los cristianos celebraban la Eucaristía sobre las losas de
los sepulcros de los mártires. También existían altares
portátiles que se podían llevar de un lugar a otro. Estos eran
de piedra cuadrada de tamaño adecuado, suficiente para que en
ella entre el cáliz y la hostia. Esta piedra o altar se
incrustaba en la mesa. El altar era de piedra porque Cristo es
la piedra angular (1 Pe 2, 4-8). Ahora los altares pueden ser
también fijos o móviles, pero no necesariamente de piedra. |
|
Credencia |
es la mesa colocada cerca del altar y contiene los objetos
necesarios para el servicio del altar durante la Ceremonia. El
nombre viene del latín "Credere" que significa creer, confiar.
Este nombre tiene que ver con el uso de la credencia en la casa
de los nobles, ésta era una especie de consola muchas veces
empotrada a la pared y cerca de la mesa del festín. En la
credencia se coloca el cáliz con los purificadores, las
vinajeras, una bandeja y el manutergio, es decir, la toalla
pequeña que se usa para secarse las manos. |
Ambón |
es el lugar desde donde se proclama la palabra de Dios
(lecturas). Debe estar reservado sólo para ello. Los avisos y
otras comunicaciones no se deben dar desde aquí. |
Sede |
se llama "sede" sobre todo al asiento reservado para el que
preside la celebración en nombre de Cristo. La sede es el lugar
propio del que enseña, del que tiene autoridad. Cuando el Obispo
preside una celebración en su Catedral, lo hace desde su
Cátedra. |
Sagrario |
es una especie de reservorio donde se guardan las Hostias que
fueron consagradas durante la celebración Eucarística, ya sea
para llevarle como Viático a los enfermos o ancianos, o para la
comunión de los laicos en la próxima Misa. |
|
Presbiterio |
lugar donde esta todo el conjunto del altar. Sólo sube el
sacerdote que celebra y los concelebrantes. |
|
LIBROS |
Misal |
es el que utiliza el sacerdote para celebrar la Santa Misa.
Contiene todos los textos para su celebración, el calendario con
las fechas de los santos y la indicación del rango litúrgico
(rúbricas), misas comunes, misas rituales, misas y oraciones por
diversas necesidades, misas votivas, misas de difuntos, apéndice
(rito de la bendición del agua, textos musicalizados, etc.).
Para llevar el Misal cerrado se toma con ambas manos, por la
parte inferior, apoyando la superior sobre el pecho. Para
trasladar el Misal de la Sede, se toma con las dos manos por
ambos lados del Misal, sujetándolo bien, pero evitando el poner
los dedos sobre las hojas del Misal a fin de no mancharlas. |
Pontifical |
es el libro que contiene las fórmulas y las ceremonias de las
funciones reservadas al Obispo. |
Ritual |
es una colección de fórmulas para administración de los
sacramentos de las bendiciones ordinarias, exequias y otras
funciones litúrgicas. |
Leccionario |
libro con las lecturas bíblicas del antiguo y nuevo testamento
para la Misa. |
Libro del Salmista |
contine los salmos responsoriales. |
Cantatorio |
contiene los cantos de la Misa. Originalmente se trataba de
cantos en latín y música en gregoriano. Los cantos deben estar
autorizados por las Conferencias Episcopales. En la actualidad
han sido reemplazados por los cancioneros. |
Breviario |
es el libro del "Oficio Divino" o de la "Liturgia de las Horas".
Contiene la celebración de la oración del las distintas horas
litúrgicas del día, las cuales no son propias de los sacerdotes,
sino de todos los fieles. |
Calendario Litúrgico |
contiene un calendario de la organización de las celebraciones
litúrgicas durante todo el año. |
COLORES |
Morado |
indica recogimiento, preparación, dolor de arrepentimiento. Se
usa en Adviento y Cuaresma. |
|
Verde |
esperanza, indica la espera, momento de meditar y ver la vida de
Jesús. |
|
Celeste |
sólo se usa para las fiestas de la Virgen María, Madre del
Señor. |
|
Blanco |
Fiesta del Señor. Solemnidades de Santo. |
|
Rojo |
color de fiestas, como la de Pentecostés. Cuando se recuerda a
un mártir por haber derramado su sangre por Cristo. |
|
Rosado |
Domingo de Laetare: cuarto de Cuaresma. Domingo de Gaudete:
tercero de Adviento: |
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GESTOS Y POSTURAS EN LA MISA
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Cuando celebramos el culto toda nuestra persona participa,
cuerpo, alma y espíritu. Nuestras experiencias espirituales
toman forma a través de los gestos y actitudes de nuestro
cuerpo. El cuerpo sirve no sólo para expresar las actitudes
interiores sino también para intensificarlas. En la celebración
de la Eucaristía los gestos de nuestro cuerpo nos ayudan a
manifestar nuestra actitud interior y nos une con el resto de la
comunidad que celebra como un solo corazón. Todos estamos de
pie, todos cantamos, etc. La actitud muchas veces dice más que
la palabra. Ejemplo: los aplausos pueden expresar más que
algunas palabras de alabanza.
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Estar de pie
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estar de pie significa: estar listo, atento y mostrar respeto.
En los primeros tiempos la comunidad cristiana oraba de pie.
Estar de pie es una actitud de liberación, ya no somos esclavos
ni tenemos vergüenza ante Dios, ahora somos hijos de Dios.
Ejemplo: nos ponemos de pie al inicio de la Misa, al momento de
la lectura del Evangelio, en el Prefacio (santo), etc.
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De rodillas
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es un gesto que implica la actitud de humildad, de quien
reconoce la grandeza de Dios. Es una actitud típicamente
penitencial, signo de arrepentimiento. También es una actitud de
oración individual, de meditación. Es la actitud de adoración
frente al Santísimo. Esta actitud se hace común a partir de los
siglos XIII y XIV. Se recomienda para reconocer la grandeza de
Dios y la pequeñez de la persona.
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Sentado
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es la actitud adecuada para escuchar. Nos sentamos para las
lecturas y la homilía. También es la actitud del jefe que
preside, por eso el celebrante tiene su sede (su asiento).
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Caminar o ir en procesión
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caminar revela la actitud de quien se pone en le camino del
Señor y va hacia él. Caminamos en la procesión de entrada junto
con el celebrante, en la presentación de los dones, cuando nos
acercamos a comulgar. Somos el pueblo peregrino en marcha hacia
Dios.
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Juntar las manos
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es un gesto que nos lleva a la concentración para hablar con
Dios y escuchar el interior de uno mismo.
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Manos extendidas
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es una postura orante que nos recuerda la crucifixión del Señor.
También indica apertura para recibir lo que Dios nos da. En los
primeros siglos ésta fue la actitud común de todos los
cristianos para orar. Ahora la usa el sacerdote en las oraciones
que dirige en la celebración de la Misa.
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Señal de la Cruz
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signo de pertenencia a Cristo. Es la señal de nuestra salvación
y signo de que estamos bajo la protección de Dios Padre, Hijo y
Espíritu Santo. Se usa al inicio y final de la Misa, al inicio
de la lectura del Evangelio. La señal de la Cruz es el recuerdo
simbólico del bautismo que nos hace pueblo real y sacerdotal.
Antes de la proclamación del Evangelio hacemos tres veces la
señal de la cruz, en la frente, en la boca y en el pecho. El
gesto en la frente indica una necesidad interior para entender
la palabra de Dios, en la boca una disposición para proclamarla
y en el pecho una gran voluntad para hacerla parte de nuestra
vida diaria.
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Inclinarse |
inclinar la cabeza o medio cuerpo indica respeto, reconocimiento
de la superioridad de Dios, es una actitud de humildad. El
sacerdote lo hace durante la consagración. |
Genuflexión |
es otra actitud de que enfatiza humildad, respeto y adoración.
El uso de la genuflexión se empieza a recomendar a partir del
siglo XIV para expresar reconocimiento de la grandeza de Cristo.
Cuando entramos a un templo hacemos la genuflexión como muestra
de respeto al Santísimo Sacramento. |
Lavarse las manos |
el sacerdote se lava las manos, expresa así el deseo de
purificación interior. Es el símbolo que indica la importancia
de limpiarse las faltas cometidas. Las manos son símbolo de
obrar. |
Golpearse el pecho |
es el acto penitencial de reconocer las propias culpas. Indica
pena y dolor por las faltas cometidas y humildad frente a Dios. |
Silencio |
actitud de adoración o de meditación. |
Partir el Pan |
su origen está en la cena judía. Jesús lo hizo en la última
cena. Partir el pan es un gesto que indica fraternidad y unidad.
Somos muchos pero en Cristo, un solo cuerpo. El pan partido
también es el cuerpo roto de Cristo, su donación en la cruz. El
sacerdote hace la fracción del pan antes de la Comunión. |
Echar un fragmento del pan (Hostia) al cáliz |
este gesto indica el Señor resucitado en la unidad de toda su
persona. Cuando comulgamos recibimos toda la persona de Cristo. |
SÍMBOLOS EPISCOPALES |
Mitra |
gorro compuesto por dos secciones triangulares rígidas unidas
entre sí por un doblez; de la cara posterior penden dos cintas
llamadas ínfulas. el Obispo ornamenta así su cabeza para
significar que representa a Aquel que es Cabeza del pueblo de
Dios. |
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Báculo |
(palo o cayado donde apoyarse) Es un bastón largo, que recuerda
que el obispo es el pastor de la diócesis, imagen del Buen
Pastor, JesuCristo. |
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Anillo Pastoral |
signo de la fidelidad y del amor del obispo a la Iglesia. |
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Cruz Pectoral |
es una cruz que cuelga sobre el pecho mediante una cadena
alrededor del cuello. |
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Solideo |
(a Dios solo; porque se quita solo ante el Santísimo). Casquete,
generalmente de seda que pueden usar los Sacerdotes (solideo
negro), lo usan los Obispos (solideo morado), y los Cardenales
(solideo purpura) y el Papa (solideo blanco). |
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Palio |
pequeña estola de lana blanca con seis cruces negras a su
alrededor que reposa sobre los hombros de los arzobispos y que
es signo de su autoridad y de su comunión con la sede de Roma,
se pone sobre la casulla. |
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